El corazón avisa, el corazón sabe; nunca es tan clara la penumbra como cuando la tienes frente a tus ojos y no ves nada.
El estaba ya en todo mi cuerpo, en mis días sin intención; en la planeación constante del momento, como cuando sabes que saldrá el sól o que abrirás el grifo de la regadera para bañañrte, con esa misma certeza. Nos habíamos convertido en algo mucho más intimo que amigos, teníamos una complicidad que nunca se rompía... o al menos eso pensaba yo.
Un día la verdad me llego como rayo en dia soleado, y nunca olvdare cómo y cuando rápido puedes pasar de un estado de felicidad y paz cooperadora a la tormenta arrasadora que se produce cuando por sin se concreta la incertidumbre.
No puedo describir los ue paso los siguientes días, semanas, meses porque en verdad no lo recuerdo, vivi metida wn una cueva lamiendome las heridas para sobrevivir.
Un día salí a la vida de nuevo. Entendi que había muerto y sobrevivi a su traición.
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